sábado, 30 de octubre de 2010

Miedo a la Oscuridad

Solo los inadaptados se mantienen despiertos en la negrura y disfrutan el hermoso sonido del silencio. Misántropos que se irritan con el caos de la humanidad que de sol a sol invaden el asfalto. ¿Que es lo que tienen ellos que disfrutan ese inóspito lugar donde otros se atormentan con la soledad? Mariana solía preguntarselo porque solía sufrir las noches en vela pensando y pensando. El vacío se tragaba lo poco de vida que lograba construir durante el dia y en vez de soñar como todos los que descansaban a su par, solía quedar exahusta convenciendose que sus utopías eran inalcansables.
Ella no hizo nada para cambiar la mediocridad de su vida. Su conciencia sigue gritandole que, en el agujero en el que está, sus desos son solo estupideces. Sin embargo, aprendió a disfrutar el tiempo que compartía consigo misma ya no ser su propia carga. Pasó de ser una molestia a una amiga. Ahora cada noche la aprovecha para hacer esos sueños realidad, de a poco, comenzando por los pequeños y seguir por los más grandes aunque las utopías no las llegue a alcanzar por lo menos se va a divertir con avanzar.
Por eso es que le recomendó que con cada atardecer no piense que el día terminó y solo fue otro tachón más en el calendario, que se relaje, se ponga cómoda y cumpla sus sueños. Que se cocine su comida preferida, mire esa película que siempre quiso, tome un trago de esa botella que guardaba para ocasiones especiales con la escusa de que brinda por ella misma, servirla en su taza preferida, darse un largo baño de inmersión escuchando su CD preferido y en cuanto menos se de cuenta sería una persona INFELIZ. Infeliz porque la noche terminó, está amaneciendo y un nuevo día arranca. Y a vos te quedaron tantas cosas para hacer ¡Pero no te hagas drama! Dsp de este día viene otra noche que ya la estas esperando ansiosamente (y no con miedo).

miércoles, 13 de octubre de 2010

Paciencia

Con la cabeza dentro del horno tantos recuerdos vienen a su cabeza. Patricia quería creer que ella misma los había traido intencionalmente pero conociendose, ella siempre tan optimista y alegre, no era así. Venían solos.
Simplemente los peores días de su vida. Todos, todos para hundirla más y más en su depresión de autodestrucción y sufrimiento. Ninguna imagen siquiera de los bellos días de su niñez y juventud que seguramente fueron muchos más.
Así es que encendió el gas y dejó por completo de pensar.
Ahora me pregunto si es que todo hubiese sido distinto, si algún lindo recuerdo de una sonrisa hubiese llegado para sacar su vida a flote. Me pregunto si todo hubiese sido distinto si es que hubiese tenido un poco de paciencia.